En otro post hemos hablado de hacer un álbum de fotos eróticas para mandárselo a nuestra pareja, o darle algunas sorpresillas que le ayuden a excitarse. Ahora queremos hablar de la opción opuesta: convertirnos en fotógrafos amateur por una tarde, y hacer una sesión de fotos eróticas a nuestra pareja.
Primero: la preparación
Como hemos comentado siempre, lo primero es elegir la fecha. Podemos dar una sorpresa a nuestra pareja, o acordarlo con ella, eso depende de cómo creamos que va a ser su reacción. Pero en cualquier caso hay que elegir un día en el que vayamos a tener tiempo sin ser molestados, y a ser posible que no estemos demasiado cansados (el viernes por la tarde puede ser un poco forzado). También es interesante tener toda la luz posible, así que si es por el día mejor.
Otra opción es tenerlo todo preparado, y cuando se den las condiciones adecuadas sacarlo del cajón (con sorpresa o no), y ponernos a ello. Esta espontaneidad puede ser también muy agradable y juguetona.
Lo siguiente en la preparación es el material: podemos ser más o menos “profesionales”, pero lo mínimo sería una cámara digital. Ponemos una buena calidad de imagen (no demasiada, que entonces se ven los defectos), y nos aseguramos de que esté cargada.
También podemos preparar el ambiente como un escenario en el que hacer las fotos. Por ejemplo podemos preparar el baño, o un sofá con la manta, etc. En el tumblr tienes infinitas ideas, pero lo realmente interesante sería pensar lo que te excita.
Segundo: la sesión
Cuando nos pongamos a ello hay que tomárselo con calma: hay que disfrutar del camino, es decir, disfrutar de la excitación mutua con el desnudo, mirar las formas de nuestra pareja, buscar el mejor ángulo, intentar una pose simulando alguna escena, saltando, etc.
Por otro lado puede ser interesante una actitud juguetona, buscando experimentar nuevas sensaciones. Esto nos lo llevaremos al sexo posterior, con lo que puede facilitarnos probar cosas nuevas.
Si nos metemos en el papel de fotógrafos podemos pedirle posturas, gestos o caras a nuestra pareja. Eso sí, siempre tenemos que piropearle y comentarle cuánto nos atrae y nos gusta su cuerpo. Los defectos son algo secundario, o detalles que hacen más bonito su cuerpo.
Lo bueno de una cámara de fotos digital es que podemos tirar todas las fotos que queramos sin miedo. Si disponéis de una cámara réflex, mejor que mejor, pero no es estrictamente necesario. Es mucho más importante aprender a jugar con las luces y sombras, las texturas y los colores, etc.
Tercero: en el ordenador
Damos por hecho que la sesión acaba en sexo tórrido e interesante. Pero tenemos la cámara llena de fotos: nos las descargamos en el ordenador, elegimos las mejores y las comentamos con nuestra pareja. Esto puede darnos otra agradable tarde de excitación en pareja.
Si se nos da bien el ordenador podemos jugar con algún editor de fotos, como por ejemplo el Photoshop. Algunos efectos sencillos son girar la foto, recortarla para destacar un detalle, pasarla a blanco y negro, modificar el contraste… Hay algunas reglas fotográficas que pueden ayudarnos, pero os recomiendo la regla de los terciospara los desnudos.
Cuarto: su turno
Podemos repetir este juego cambiando los papeles, lo que traerá otra excitación, ya que ya sabemos a qué estamos jugando. Si nos gusta esta actividad, podemos ir complicándola cada vez más: añadimos lencería, juguetes sexuales, etc.
Con esta actividad romperemos cualquier rutina y tendremos un recuerdo maravilloso (que tendremos que proteger adecuadamente de miradas de invitados o familiares,
claro)
.
