Hola, mi nombre es Maria y la historia que voy a contar sucedió hace unos meses. Tengo 49 años y estoy casada, mi matrimonio desde el principio va muy bien, quiero muchísimo a mi marido y soy realmente feliz. En el plano sexual se puede decir que no estoy descontenta en absoluto con mi vida, ya que mi esposo y yo procuramos siempre romper una posible monotonía para no hacer la relación muy aburrida. Yo trabajo desde hace 3 años en un periódico de ámbito provincial, somos bastantes personas en la oficina y me siento muy a gusto con mi trabajo y con mis compañeros. No hace mas de dos meses que para cubrir un reportaje nos encargaron a una compañera y a mí junto con un fotógrafo desplazarnos a otra ciudad, Sara concretamente.Allí llegamos un jueves por la mañana para cubrir la noticia por la tarde y regresar el viernes en la tarde de nuevo cada uno a su casa. Una vez realizamos nuestro trabajo en el tarde del jueves fuimos a cenar los tres juntos a un restaurante próximo al hotel. Al salir decidimos ir dando un paseo en lugar de tomar un taxi, eran sobre las 11 de la noche. Llegamos a una zona de pubs y nos animamos todos a tomar algo. Entramos en un local con mucha gente, música alta y mucho humo. No suelo tomar alcohol casi nunca pero mi amiga Sara insistió y luis, el fotógrafo también, así que en cuanto quise darme cuenta tenía en mis manos un cubalibre. Nos quedamos sentados en una mesa viendo pasar a la gente y mirando como bailaban otras parejas. El comunicarse en aquel ambiente era difícil pues con mucha dificultad se podía escuchar algo que no fuera otra cosa que la música muy alta del local. Yo tenía a mi lado a Sara y a luis enfrente de mí. Sara es una mujer ya de 37 años, con unos pechos grandes, entradita en carnes pero que se muy bien, divorciada y con dos hijos. luis el fotógrafo era un chico joven de 43 años, que llevaba trabajando con nosotras 5 meses, no muy guapo el chico pero si se veía buena persona y tenía un cuerpo que no estaba nada mal. Entre el ruido que había apenas podíamos mantener un conversación, solo casi gritando se podía entender lo que nos decíamos. Sin darme cuenta en mis manos estaba ya el segundo cubalibre, que sumado al vino de la cena hizo que fuera pillando un puntito en el que ya no era yo misma. Decidimos irnos ya la hotel que estaba a cinco minutos de allí. Subimos a nuestra habitación, la cual compartíamos las dos. Abrimos el minibar y nos tomamos un último trago mientras charlábamos un poco de todo lo sucedido. En ese momento sonó mi móvil, era mi marido que quería darme las buenas noches y preguntarme que tal había ido todo. Muy rápido le dije lo que estaba haciendo, que mi amiga estaba en el baño y que ya nos íbamos acostar ahora mismo, aunque a Sara le hubiera gustado tener un paquete cerca para dormir más relajada le dije. Le comenté lo del consolador de Sara y me dijo mi marido que como estaba yo, si también estaba excitada y le dije que un poco sí lo estaba. El caso es que mi marido quiso que yo dejara el teléfono encendido y que colaborara con mi amiga. Al salir del baño me quedé mirándola, tenía un body ajustadito a su cuerpo, unos pechos bastante grandes, unas piernas largas y un culo estupendo para tener ya casi 37 años. Se acercó a mi y me dijo, uff, sigo bien excitada sabes, me arrepiento de no haberme atrevido a nada con luis, ahora mismo necesitaba algo en mi chochito y no mi consolador ni mis dedos. Sonreí y le dije que la comprendía, que si llevaba ya tiempo sin sexo seguro ya tendría ganas de sentir una p.... dentro de ella.. Más cerca se puso de mi, se sentó a mi lado, no se que me pasaba, pero el roce de la piel de sus piernas con las mías me excitó. Me estaba poniendo cachonda con otra mujer o que es lo que me estaba pasando, tal vez el alcohol. El saber que Jose, mi marido, estaba al otro lado del teléfono imaginando la situación y escuchándonos me puso más caliente, con ganas al igual que Sara de una p.... , esa que de seguro ya tenía Jose entre sus manos, dura y grande como siempre, calentita quisiera sentirla yo entre mis piernas. Se me escapó un ligero suspiro que me delató, Sara me preguntó que si yo también me había excitado con luis y le dije que porque no lo llamabamos a la habitacion y ella dijo que esta bien  luis aparecio como un trueno en la habitacion trae la camara para que nos tome fotos y nos tomaba fotos que nos hacia calentar mas le dije a sara, que si ella quería masturbarse adelante, que no me importaba, que incluso podía ayudarla. Sara no dijo nada, se acercó y puso su mano sobre mi rodilla, me miró a los ojos y luego fue su mano la que acarició mi rodilla, subió ligeramente y se deslizó sobre mi muslo, me dejé caer sobre la cama, boca arriba. Sara fue subiendo aún más hasta con su mano llegar a mi braguita la cual acarició con las yemas de sus dedos. Dios me estaba poniendo muy caliente, no imaginé nunca que otra mujer me pudiera excitar tanto, pero lo estaba haciendo muy bien. Mi cuerpo se estremecía de placer cuando sus manos recorrían mis piernas y se acercaban poco a poco a mi sexo. - Te gusta Maria? – me dijo, yo creo que ya te estás mojando, y yo también estoy muy mojadita sabes, quisiera que alguien me comiera el chochito. Uff, si que me estaba gustando mucho, y si estaba bien mojadita, tanto que no pude evitar meter un dedo en mi chochito y sentir como ya estaba muy mojada, mi chochito palpitaba y estaba deseando también que una lengua lamiera mi chochito . - Sara estoy muy caliente sabes, y mi marido nos está escuchando por teléfono y de seguro ya se estará masturbando de escucharnos, tiene una verga.... grande y se le pone bien dura. Sara me abrió las piernas y metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a chuparme el chochito, a lamerme el chochito como nadie lo había echo nunca. Casi creo que perdí el sentido y no tardé mucho en correrme con la estupenda lamida que le daba a mi chochito caliente y húmedo.luis toma que toma foto y se habia desnudado y mi marido al telefono masturbandose Se quitó el body por completo y sus pechos rozaron mis pechos, era una sensación única que estaba provocando que de nuevo fuera a tener otro orgasmo, pero me frené un poco y comencé a lamerle sus pezones, mi lengua iba recorriendo sus pechos, al mordisquear sus pezones notaba como se ponía mas caliente, se agitaba y movía como una loca. Me puse a mil de ver como se ponía cachonda gracias a mí, le metí un dedo en el chochito y gimió de placer, al igual que gemí yo cuando su mano empezó a frotar mi clítoris, estabamos las dos muy mojadas y no tardamos en llegar al orgasmo y caer rendidas sobre la cama, cuerpo sobre cuerpo, desnudas del todo. Fue una noche que no olvidaré, mi primera experiencia lésbica, y única hasta el momento, compartida a distancia y por teléfono por mi esposo que también lo pasó muy bien. me despedi de mi marido y luis desnudo ahi con su verga parada  Ahora porque no nos animemos a un trío con luis y agarramos entre las dos la verga dura de luis y nos las comiamos

nos las arrebatavamos dios que delicia luis nos follo a las dos con tal maestria que nos dejo satisfecha