El cunnilingus perfecto. El sexo oral que un hombre da a una mujer puede ser una de las experiencias eróticas más estimulantes para ella. Y por ello se entiende besar, lamer y chupar todo el cuerpo hasta llegar a los genitales, no centrarse solo en ellos.

Algunas mujeres reaccionan negativamente a la idea de que se les haga un cunnilingus, pero esto no es porque no les resulte placentero, sino porque están cohibidas en cuanto al uso de su cuerpo, o tienen vergüenza de sus genitales.
 

Lo esencial en una sesión desexo oral a una mujer es que sea lenta y pausada, empezando por la cara y acariciando todo el cuerpo, sin tocar de momento ni lossenosni los genitales femeninos. Después de recorrer su cuerpo centímetro a centímetro, la mujer estará lo suficientemente excitada como para empezar ajugarcon sus senos, centrándose en la aureola, y en chupar los pezones con habilidad.

En este momento, el grado de excitación es tal que la mujer ya está preparada para la excitación genital. La mejor postura es, posiblemente, ella tumbada boca arriba y él arrodillado entre laspiernasde ella para que fácilmente pueda besar, lamer y chupar los genitales femeninos. También es muy cómodo que la mujer se coloque abierta depiernassobre el borde de la cama y el se arrodille sobre un cojín en el suelo entre suspiernasabiertas.

Una vez la vulva está abierta, es el momento de pasar a succionar los labios mayores y menores, ensalivando bien toda la zona, pasar la lengua alrededor del clítoris y tomarlo entre tus labios succiónalo con ritmo. Cuando esté a punto, es perfecto insertar en la un dedo o dos según prefiera y volver a succionar el clítoris hasta que la sientas rugir de placer.

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