El Curriculo

La tomé por la cintura y fuimos avanzando. 

La respuesta fue un beso, 

Desde allí, no más palabras, besos y caricias  Las caricias de mi parte eran rápidas, por sobre su ropa cuya delgadez simulaba una segunda piel. Pezones erectos, labios vaginales hinchados que pugnaban por escapar de su pequeña prisión.

La monté sobre mí, y me dedique a comerle la boca mientras luchaba por meterle mano por debajo de la calza. Tenia la cola fría, pero se la calenté rápidamente con masajes y pellizcos suaves. Entre tanto, se frotaba sobre mi bulto como si estuviera siendo penetrada.

El descontrol aumentaba y mi calentura también. Le baje la calza hasta las rodillas y corrí el hilo que trataba de tapar la entrada a su vagina. Le mandé un dedo entre los labios y al notar su humedad comencé a masturbarla con un dedo, luego dos y hasta tres.

Gemía, pedía más acción y no se la negué. Bajé mi pantalón de gimnasia y junto con él mi slip. Mi verga surgió rápida, pero a esa misma velocidad se perdió en su conchita casi chorreante.

Inició una cabalgata mientras le apretaba duramente los pechos. Me instaba a más y me cuestionaba no haber intentado nada antes. "Hace seis meses que te quiero coger, negro. No te diste cuenta?"

"Creí que jugabas turrita, si sabía, te garchaba mucho antes" le respondí.

Al cabo de 10 minutos, al límite de mi aguante, la llené de leche y su vagina se cerró abruptamente, gritó y llegó a su primer orgasmo.

Se acostó sobre mí. La giré lentamente, quedando sobre ella. La froté muy lentamente sus labios mayores con la cabeza de mi verga que empezó a recuperar apostura y vigor.

Al llegar a su mejor posición, decidí empezar de nuevo. Pero le propuse:

Cambiamos de posición, vos vas a ser el dulce de leche y yo te voy a levantar en "cucharita"

¿qué es eso?

Date vuelta, que te la pongo desde atrás como si estuvieras sentada.

La fui acomodando, hasta que entendió la pose. Le frotaba la verga por toda la extensión de su rajita. Desde el clítoris hasta el agujerito de la cola. Se mojó más que antes. Aproveche a humedecerle todo el surco, le ponía la verga en a conchita y se la retiraba para trasladar sus fluidos hasta su cola. En un movimiento, le mande la verga a fondo y enderezó totalmente su cuerpo, al sacarla se arqueó hacia atrás y me dejo su cola libre, abierta y húmeda. No dude y la enculé, violentamente.

Te rompo el culo y sos mía para siempre yegua.

Nooooo!!!!!!! Me duele!!!!!! De ahí soy viergen!!!!!

Fue un grito ahogado, pareció desmayarse cosa que aproveche para cogerla muy duro pues quedó totalmente relajada. En tres o cuatro minutos de meta-saca, acabé nuevamente, dejándole el culo lleno de leche.

Me tomé unos cinco minutos, traté de recuperarme. El verla allí desfalleciente me tentó a una guachada más. "Se la mando en la boca, y la despierto mientras me la mama" pensé.

Traté de erguir mi verga acariciándola, y amasándole las tetas. "Eso me dolió guacho, pero me gustó" fueron las únicas palabras que alcanzó a decir ya que le puse la verga en la boca y empezó a chupar como desenfrenada. Me agarró por la espalda y me tumbó, caí sobre su conchita, la que me comí casi instantáneamente.

Al cabo de 15 minutos de mamada mutua, acabamos al unísono. Me apretó la cabeza con sus piernas mientras le llenaba la boca de leche.

Fue hermoso, se tragó absolutamente todo y yo me emborrache de sus jugos que brotaron de modo abundante.

Tras un cigarrillo, nos levantamos y fuimos en busca de uno de los baños para limpiarnos.

" Esto hay que repetirlo" dijo

"Cuando quieras" le aseguré.


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Sam 31 mai 2014 Aucun commentaire