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Par Dr luis miguel Hernandez
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Mardi 3 décembre 2 03 /12 /Déc 15:49

Mari carmen es una mujer increíblemente caliente.

La conocí a través de Internet. Uno de esos días aburridos en los que te conectas con intención de pasar el rato, charlar con alguien, pero nunca con la esperanza de conocer a alguna mujer y menos de ligar con ella.

Es probable que por eso mismo me pasó esto, suerte que ella quiso hablar conmigo y además yo estaba relajado por no estar pensado en ligar.

Yo entre con un nick que decía mi edad Jaime50, y ella tenía uno que decía la suya Estrella39, o algo así. La diferencia era tangible, pero no importante. Al menos no para mi.

Ella Siempre había querido estar con alguien mayor como yo, pero nunca lo hice, no se si por vergüenza o por que al aparentar mucha menos edad de la que tengo, me ven mas infantil de lo que soy en realidad. No sé.

El caso es que esta mujer, digamos que se llama Mari Carmen (No voy a poner aquí su nombre), y que vive en la isla margarita

Bueno, empezamos a hablar y pronto le pregunté me paso su correo t celular y por whatsapp , . Así que empezamos a hablar por alli, intercambiamos algunas fotos.ella me envio fotos de unas fiestas donde fue y despues fotos en lenceria fina

No era la típica madurita que todo el mundo se imagina, desgraciadamente, porque nuestra imaginación puede ser muy caliente. Era una mujer normal, con un cuerpo normal para su edad, claro.

Las fotos que me envió tampoco mostraban mucho. Aunque a primera vista a mi me gustó.

Rubia, ni gorda ni delgada, y con un pecho generoso.

En seguida la conversación se empezó a poner caliente. Ella estaba separándose de su marido  Aunque yo vivo con mi exposa soy un casado soltero por problemas monetarios (maldita crisis).tengo que trabajar de masajista

Ella me hablaba de lo poco que la había cuidado su ex-marido en la cama (suena típico, lo sé, debe ser que es más típico de lo que pensamos), y yo le contaba las cosas que había hecho en mi trabajo de masajista. Me decía que se estaba excitando y que si yo estaba excitado y la verdad era que si.

Empezamos a imaginar que haríamos si estuviéramos juntos en la misma habitación. Era una mujer muy caliente y estaba claro que quería probar cosas que no había hecho con su marido.

Me decía constantemente que se encontraba a gusto hablando conmigo. Así que di otro paso y la dije que si quería  me iría a tomar un café con ella al sambil, aunque pillaba un poco lejos de mi casa (soy de playa el agua). Ella me respondió que la encantaría, así que eso hice.

Conocerla fue aún mejor que hablar por el whatsapp, congeniamos a la primera y nos caímos muy bien.

Bromeamos con la conversación que habíamos tenido por Internet. Era muy simpática y aunque no estaba muy buena (como decimos los margariteños), la verdad es que tenía algo que me ponía a cien. No sé si sería la diferencia de edad o que se la veía caliente. Y como ya siempre he sido un defensor de que el físico no es lo más importante (si lo que quieres es una relación de una noches), pues la propuse que nos podríamos ver la próxima vez en un hotel. A lo que me respondió:

“Si quieres hoy mismo podemos ir a mi casa”, me dijo con cierta vergüenza. “Mis hijos no están este fin de semana. Están con su padre”, prosiguió bajando un poco la vista.

“Claro, me encantará conocer tu casa Mari Carmen” , le contesté con media sonrisa.

Acabamos los cafés y pagamos la cuenta.

“nos dirijimos a la caranta un lugar de casas privada por pampatar no vivo lejos”, me aconsejo.

“Ok, como prefieras”, le contesté. Y los dos nos fuimos caminando a su casa. Por el camino, que no fue muy largo casi no hablamos. Al llegar al portal me di cuenta que era un gran chalet con piscina, etc…jeje. 

Llegamos a su apartamento y bueno, como he dicho era a todo lujo. En el salón había un gran sofá donde Mari Carmen me invitó a sentarme. Así lo hice. Estábamos los dos un poco nerviosos.

“¿Quieres tomar algo?” , Me preguntó.

“Si algo fuerte si tienes” le pedí cortésmente.

“Bueno, lo más fuerte que tengo me temo que es un poco de vino”, me dijo “Es que mi ex-marido bebía mucho y no tengo nada con alcohol, salvo el vino que me sobró de una cena”, me explico un poco por compromiso.

“El vino esta bien cielo” le contesté con una sonrisa y se sonrojó un poco por llamarla cielo.

Pasamos un rato hablando y bebiendo la botella de vino. Cuando servimos las última copas de la botella, el vino empezaba a hacer su efecto. Yo no hacía otra cosa que imaginármela en diferentes posturas.

Ella lo debió notar y también empezó a mirarme de diferente manera. Como dije estábamos disfrutando del momento.

Dejé la copa en la mesa y agarrando la suya, se la retiré de las manos con delicadeza y la puse junto a la mía. Lentamente entonces me acerqué hacia ella y le acaricié la cara. Ella respondió moviendo su cabeza hacia mi mano. Lo siguiente fue acercar mi cara hasta casi tocar sus labios con los mios. Ahí me quedé por un momento hasta que finalmente ella completó el recorrido y me besó.

El primer beso fue lento, dulce y cariñoso. Cuando se separó de mi ya no me miraba de la misma manera. Estaba sufriendo una transformación y yo aún no lo sabía. Me volvió a besar pero esta vez más apasionadamente. Se estaba calentando igual que yo.

Con el tercer beso nos empezamos a tocar. Las manos paseaban por todo nuestro cuerpo. Ella me acariciaba la espalda por debajo de la camiseta con una mano y con la otra me agarraba de la nuca para apretarme contra su boca. Nuestras bocas no se separaban. Y nuestras lenguas no paraban de jugar y enredarse la una con la otra. Pareció encantarle mi  lengua con la que jugaba constantemente.

No se separaba de mi. En su casa los dos solos y sin ningún sonido podía escuchar perfectamente su respiracion y algún que otro “mmmm”. Me estaba encantando. Ella gozaba y a mi me hacía disfrutar.

Yo por mi parte, le acariciaba las tetas por encima de la camisa blanca que vestía. Notaba el sujetador y a través de el sus pezones erectos.

Pronto que me quitó la camiseta. Acariciaba mi cuerpo como si nunca hubiese visto un cuerpo como el mio. Me cuido fisicamente, y eso de llevar casada con el mismo hombre toda su vida, sumado a que no la trataba bien, supongo que ayudo a sentirse, no sé, como afortunada de que un macho como yo quisiese estar con ella.

Se separaba a veces por unos segundos y me miraba de arriba a abajo soltando algún “uufffff” y volvía a besarme y tocarme. Al poco rato bajó su mano y empezó a palparme el paquete que por supuesto para ese entonces estaba a reventar. Soy un chico fácil de excitar, así que no tardé mucho en estar a punto para lo que fuese.

Mientras ella aún me besaba empecé a desabrochar su camisa. Poco a poco lo conseguí y salieron a la luz esas dos hermosas tetas sujetas aun por el sostén. La quitarle el “suje”, note como le caían un poco, cosa que no se porque me puso. Las agarré y las toqué. Para entonces ella ya no me besaba más sino que miraba lo que yo hacía con sus tetas mientras me acariciaba mir muslos pasando de vez en cuando su mano sobre mi paquete.

Desnudos ya de cintura para arriba, me dijo:

“¿Quieres que vayamos a mi cama?” , mirándome a los ojos.

“Donde tu estés mas cómoda”, le contesté mirando a sus ojos y acariciando sus tetas.

Entonces ella se levantó y sin dejar de mirarme me agarró de la mano y me llevo por un pasillo hasta la puerta del fondo donde apareció una cama de matrimonio de estilo un tanto clásico.

Nos acercamos a la cama y junto al borde nos empezamos a besar de nuevo. No dejé que pasase mucho tiempo (el vino también estaba haciendo de las suyas), y empecé a levantar la falda que llevaba puesta para llegar a tocar su sexo ya caliente y húmedo. tocar un fino tanga. .

Nos sentamos mientras nos besábamos y seguí acariciándola su pubis. Nos tumbamos según caímos, pero ella pronto se levantó como sorprendida y se fue al baño muy deprisa con mala cara.

Yo un poco alucinado, salí de la habitación y me dirigí al baño tras ella. La puerta estaba cerrada y llamé.

“¿¿¡¡Mari Carmen!!?? A los pocos segundos abrió medio llorando.

“¿Que te ocurre Mari Carmen? ¿He hecho algo malo?”, le pregunte más intrigado que preocupado.

“No”, me dijo sollozando, “Es sólo que me he acordado de mi marido y no quiero recordar a ese cabrón”, me explicó.

La abracé y guarde silencio a ver que me decía.

“No puedo hacerlo en esa cama, no aún”, me dijo abrazándome.

“En la cama no, pero ¿En otro sitio si?”, le pregunte con miedo.

“Si, es la maldita cama”, me respondió.

Y entonces la retiré para ver que le caían dos lagrimas una por cada ojo. Sin pensarlo la besé. Ella me correspondió. Seguimos besándonos por un momento y luego me dijo:

“Podemos ir al salón si quieres”.

“Si, quiero”, la contesté y riéndose por mi respuesta, hizo lo mismo que antes, me agarró de la mano y me llevó al salón.

Allí sin besarle me agaché cuando aún estábamos los dos de pie y le desabroché la falda negra que se ajustaba un poco a su culito . Se la baje despacio disfrutando de la vista. Cuando se la hube quitado empecé a acariciar su culo y su pubis. Los muslos y gemelos, incluso los tobillos. Ella respondía a dichas caricias con leves gemidos. Poco a poco le fui escurriendo el tanga negro por sus piernas lo que dejó al descubierto un coño bien peludo.

“que coño tienes aquí abajo cariño”, le dije susurrando

“¿No te gusta?”, me preguntó mirando hacia abajo.

“Si me encanta, pero me gustan mas cuando están afeitados”, le dije “No es ni mejor ni peor, son manías, gustos”. Le explique, mientras besaba sus muslos.

“Luego si quieres me lo puedes afeitar, cielo”, me propuso y eso me excitó mucho.

“¿De veras? Me encantaría”, le respondí “ahora si, ahora te lo voy a comer”, sentencié.

Su cara cambió repentinamente.

“¿Está todo bien?”, pregunté.

“Si, es sólo que no me lo comen desde hace años”, respondió vergonzosamente.

“Pues hoy te lo van a comer y bien comido,y te lo depilare al chocolate así que disfruta”. Le dije mirandola a los ojos mientras continuaba besando sus muslos.

Entonces poniéndole una pierna sobre el brazo del sofá de modo que su raja quedase bien abierta empecé a mordisquear sus muslos por el interior. Ella se tocaba un pecho y con la otra mano sujetaba mi cabeza contra sus muslos. Empecé pasando mi lengua por la parte externa de sus labios, a lo cual ya respondía con gemidos. Estuve así un rato para hacerle desearlo aún más. Se me escapaba algún lengüetazo el el clítoris lo cual la dejaba sin aliento. Mientras hacía todo esto, con las manos le acariciaba el culo y abría sus cachetes. Se estaba poniendo a mil así que sin vacilar más le propine una buena mamada de clítoris lo que hizo que gritase. Eran unos gritos de puro placer y liberación.

En tanto, empecé a acariciar su ano con mi dedo corazón. Notaba como mi rabo me iba a estallar, pero antes de empezar a follar quería que ella tuviera un orgasmo al menos.le daba mis masajes especiales de los 7 orgasmos

Mis lengua no paraba de jugar con su clítoris. Todo allí abajo rezumaba jugos. A la vez que le daba placer en su vagina con mi mano derecha seguía masajeando el ano el cual se había relajado un poco y en cuanto pude empecé cariñosamente a meter mi dedo corazón, ahora lubricado con sus propios fluidos. Ella lo noto y contuvo el aliento por un momento hasta que con los ojos cerrados empujaba la mano que tenía en su culo para que metiese más el dedo. Ahora usaba las dos manos para que no me separase de ella.

Ese oragasmo en estrella de 7 puntas que yo esperaba no tardó en llegar. Sus gemidos se hicieron más intensos y de repente dejó de gemir para apretar mi cara contra su sexo ya empapado. En seguida empezó a convulsionar. Pequeñas convulsiones y cuando me quise dar cuenta me empujó, y se sentó en el sofá.

“Me han fallado las piernas, perdona”, me dijo “No pierdas el tiempo y métemela. Quiero sentirme llena de ti”, la cara le cambió cuando me dijo esto. La transformación se había completado.

Entonces me quité los pantalones allí sentado en el suelo por el empujón, y poniéndome de rodillas pude rebozar mi glande en sus jugos que ahora bañaban su coño y parte del sofá.

Pasé mi glande a lo largo de su sexo varias veces haciendo las delicias de aquella mujer. Cuando creí que era el momento se la metí sin vacilación. Ella grito y me detuvo.

“Creo que acabo de tener otro orgasmo”, exhaló.

“¿Como?”, pregunté con mi verga dentro y sin moverme.

“Si, ahora cuando me la has metido, creo que he tenido otro orgasmo”, “Sigue, por favor. Fóllame. Hazme tuya.”, me pidió e intente complacerla.

Empece despacio a empujar. Un bombeo lento pero continuo, concentrado en lo que hacía. Aquella mujer no dejaba de gemir.

“mmmm…ahhhhh…uffff”, decía.

Yo por mi parte estaba centrado en no correrme, por que con aquel coño tan caliente y lleno de fluidos y Mari Carmen que no dejaba de gemir y me decia aquellas cosas.

“Dame cielo, fóllame como nadie”, me decía mientras miraba hacia abajo para ver como mi miembro entraba y salía.

“Me voy a correr otra vez”, grito “Fóllame. Métela hasta dentro cariño”.

Y así lo hice. Empujaba mi verga, que no es nada pequeño con sus 18 cm, hasta que su grito cambiaba a grito de dolor, pero no dejaba que parara.

“AAAHHHHH ME CORROOO”, grito con los ojos ya cerrados, ” aaahhhh, ¡¡¡madre mía!!!”

Yo la follaba con todas mis ganas, sin parar y ella convulsionaba y sudaba. Sus tetas no dejaban de ir de arriba a abajo con mis embestidas.

“Mari Carmen, cielo tengo que parar o me corro”, dije jadeando.

“Pues correte cielo. Hazlo dentro”, me dijo.

“Pero no tengo puesto un condón”, le avisé

“No te preocupes, no voy a quedarme embarazada. Menopausia”, me dijo riéndose.

Seguí entonces mi bombeo intensificandolo mientras ella no dejaba de gemir.

“Siii, follame cielo. Follate a este coñito”, decía con los ojos cerrados. “¿Correte dentro!”.

Estaba ya a punto, y aceleré.

“Me corro Mari Carmen”, “¡Me corro dentro!”, y me corrí como hacía mucho no lo había hecho.

“¡¡¡aaahhhhh!!!”, grite ” ¡Me encanta!”.

La saqué de aquel coño que parecía un infierno de lo caliente que estaba. Chorreaba fluidos tanto suyos como míos. Su coño tambien estaba chorreando. Los fluidos salían como la mermelada de un frasco tumbado.

“¿Me la limpias Mari Carmen?”, “Por favor…”

“Si cielo”, me respondió y sentada aún en el sofá, conmigo de pie enfrente de ella, sin dudarlo empezó a lamerme la polla de abajo a arriba. Luego se la metió en la boca. Con delicadeza, pero con placer. Le encantaba lo que hacía. Y así estuvimos unos minutos. Hasta que ella se levantó.

“Me voy a la ducha, ¿vienes conmigo luis?”, y me encantó que me llamase por mi nombre.

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Vendredi 29 novembre 5 29 /11 /Nov 15:25

me di el gusto de mi vida

me sali de la concha supere mis complejos sexuales

dr luis  en mi casita

me hiso un depilado masaje comleto

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Lundi 25 novembre 1 25 /11 /Nov 19:18

contaré lo que hice ayer, vas a pensar que se me ha ido la olla del todo je, je, je, vi un mensaje que decía que se ofrecía dr luis para hacer masajes para mujeres a domicilio,para barriga plancha masajes reductivos y de elevacion de gluteos yo tengo tremenda barriga y el culo chato

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en donde vivo. Mmmmh pensé, y sin dudar le agregué en el msn y le envié un e-mail, y a la media hora, me llegó su respuesta, con un fichero adjunto, lo abrí y me detalló el precio correspondiente a cada masaje. El fichero adjunto era una foto suya, solamente de cuerpo . Como que solamente de cuerpo ese dr luis tenia un cuerpazo, mmmh, daba gusto admirar esos muslos, y mas, imaginándome que podría estar conmigo dentro de nada. 
Me dijo que el masaje consistía en un masaje reductivos y de regalo un masaje de relax corporal (californiano o algo así), acabando con un oral.
Lo último fue lo que me convenció y le mandé otro e-mail concertando cita para el mismo día por la tarde, y casualmente tenía la tarde libre y accedió. Le dejé mi dirección y quedamos a las 20.30 h. 
A las 20.00 h salí del trabajo y me fui volando a casa, me duché rápidamente, y quedé a la espera del timbre, y a los 10 minutos tocaron el timbre, bajé a abrir, y tenia a todo un toro delante mía, con una cara muy suave y simpática. Le dejé entrar, me miró con cara sorprendida, y me preguntó porque quería ese servicio, porque normalmente su clientela es más mayor, y le expliqué que era una curiosidad mía y que lo quería probar. El parecía bastante alegre por mi decisión de probarle.
Me pidió permiso para poner un CD suyo de relax, metió el CD y empezó a sonar una música muy relajante, parecía chill out japonés muy bonito.

Entonces me pidió quitarme toda la ropa y tumbarme en la camilla que ya había montado, me dijo que me tumbara boca abajo y empezó a echarme aceite por la espalda y me dio un masaje increíble, noté que toda mi circulación se activaba, se me calentó la espalda muchísimo, era fabuloso, y cuando terminó la espalda, me pidió darme la vuelta y empezó lo mismo por mis pechos pero con mucho mas cuidado, era una mezcla entre masaje relajante y erótico, empezó por mis hombros bajando hasta mis pechos, masajeándolos con una tranquilidad tremenda, me masajeó los pezones con mucha delicadeza, yo empecé a excitarme mucho, mas que me lo había imaginado. 
Luego bajó a mi barriga y me pareció muy erótico y sexy la manera como me tocaba.
Me preguntó si quería que su boca también trabajara, y le dije un siiiiii bastante claro. Y me empezó a masajear con su lengua los pezones con presión y movimientos circulares, nunca me habían hecho nada parecido, era único lo que me estaba pasando, a parte del hecho de que un desconocido estuviera en mi casa, era el hecho que dr luis se tomaba todo el tiempo del mundo, y justamente por eso reaccionaba mi cuerpo tan agradecido. 
Yo tenia la mayoría del tiempo los ojos cerrados por el relax y el placer, noté sus manos por todas partes, y cuando bajó a mi sexo fue excepcional, vi las estrellas, como me masajeó mis labios, y el masaje del clítoris .mmmmmmmhhh .
Me quedo todavía sin palabras. 
Es lo mejor que he vivido en toda mi vida, es lo único que puedo decir al respecto, hasta que me hizo el oral, una delicia, estuvo media hora ocupado con mi sexo, y me corrí 2 veces en su boca, pero eran unos orgasmos largos, apetecibles, interminables. Cuando terminó con el masaje me preguntó si quería algo mas, y que entraba en el precio porque me dijo que me disfrutaba un montón, yo, claro, accedí, mas que encantada.
Cuando vi que se quitaba toda la ropa me podía haber corrido de nuevo, solamente del cuadro tan perfecto que miraba. Se acercó y dejo ver su MIEMBRO (mayúscula por el tamaño) duro y erecto y depilado. Me frotó el clítoris con el hasta entrar completamente, >me están haciendo mujer<, pensé en ese momento. Me hizo el amor, no, no me hizo el amor, me montó perfectamente, lo ideal, parecía que sabía perfectamente lo que estaba deseando en cada momento, solamente el roce con su pene, hizo reaccionar mi cuerpo de forma desconocida, era un morbo magnifico. En cada momento estaba muy atento hasta saco un juguete, un pequeño vibrador con forma de dedo alargado, mientras me cogía por delante, me rozaba el clítoris con el vibrador, lo cual me hizo subir mi pelvis lo mas alto posible, moviéndose, ofreciéndose. No paraba de chillar de placer y de gusto. 
Y para acabar me dio la vuelta, otra vez estaba boca abajo, con los pies encima de sus hombros, y me f0llaba, jugueteando con el vibrador con mi culo, me dio casi un infarto. He perdido la cuenta de los orgasmos que he tenido, pero quiero volver y volver y volver a ver a esa maquina de gozar.

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Vendredi 22 novembre 5 22 /11 /Nov 16:58

Hola mi nombre es Paula y esta historia que  voy a contar sucedió en mi viaje de bodas de oro, algo impensable para mi ya que siempre he sido una persona muy tradicional en el tema del sexo. Bueno mi marido y yo nos casamos hace 50 años y nos fuimos a isla margarita de viaje de novios viejos con muchas fantasias por cumplir. Los dos primeros días nos dedicamos todo el día a estar en la piscina del hotel y a ir a la playa, y por la noche a estar en la discoteca hasta altas horas de la madrugada, para luego terminar follando todas las noches como locos. El tercer día sin embargo fue distinto, ya que paseando por el hotel nos encontramos que hacían masajes  mi marido me convenció diciéndome que él estaría presente, y que era una oportunidad única para que me hiciesen un buen masaje y  cumplir la fantasia.Mi marido busco en internet un masajista en la isla margarita  su celular 04140922995. La verdad es que me encontraba nerviosa y excitada a la vez, estaba en la habitación tumbada boca abajo prácticamente desnuda, con un simple tanga y una pequeña toalla a la altura de mi culo, con mi marido sentado en un sillón detrás mía y esperando que llegue un desconocido para hacerme un masaje.

 

De pronto se abrió la puerta y entró el masajista luis, me quedé de piedra, era un catire atractivo,  más o menos 1,75 de altura y al hablar era muy dulce, nos dijo que se llamaba luis. Así pues se puso manos a la obra y comenzó a untarme aceite por los hombros hasta llegar al principio de la raja del culo, era de lo más relajante, sus manos se notaban muy fuertes, y se desplazaban por toda mi espalda de arriba a abajo, y la verdad es que la mezcla entre el aceite y lo bien que movía las manos me estaba quedando muy relajada, y ya me estaba quedando más tranquila.

Después de estar un buen rato en mi espalda, comenzó con mis piernas y ahí ya cambió un poco el tema, me estaba untando aceite por las piernas parándose cuando notaba que llegaba a mi tanga, de vez en cuando notaba como me rozaba como sin querer y la verdad es que no sabía que hacer puesto que mi marido estaba al fondo de la habitación y parecía no darse cuenta o no importarle, lo cual me desconcertaba mas todavía. Seguía en mis piernas, ahora de detrás para adelante y a una altura que poco a poco iba rozándome más el tanga hasta que de pronto me quitó la toalla dejando mi culo desnudo ante sus ojos con un simple tanga, y yo en vez de mosquearme me excité más aun. Ya no simulaba, me estaba magreando el culo, y yo no pude aguantar más y empecé a mover mi culo al ritmo de su masaje hasta que con uno de sus dedos empezó a tocar mi coño de arriba a abajo por dentro del tanga con lo que solté un gemido y ya estaba fuera de mi, era incapaz de resistirme y de pronto me acordé de mi marido, miré hacia él y asintió con la cabeza para que me dejara llevar.

luis bajó mi tanga con lo que mi coño quedó totalmente a su disposición y seguía jugando con él excitándome como no me había sentido antes, con la otra mano estaba subiendo a mis pechos con lo que me levanté un poco para que pudiera tocármelos, lo hacía de forma fuerte , pellizcándome los pezones que los tenía duros de la excitación, cosa que me gustaba aun más, me encanta que me los pellizquen. Después me cogió con sus fuertes brazos y me puso boca arriba, masajeando bien mis tetas totalmente erectas, bajando despacio hasta  llegar de nuevo a mi coño, pero esta vez lo hizo con la boca, empezó a comérmelo deliciosamente, introduciendo su lengua poco a poco, yo estaba llegando al clímax, no iba a aguantar mucho más antes de correrme, y más cuando miro hacia mi marido y estaba con los pantalones bajados haciéndose una paja con el espectáculo que estaba viendo, eso me excitó más aun y me corrí por primera vez, cerrando mis piernas todo lo que pude con mis fuerzas mientras luis estaba disfrutando mi corrida.

Pese a correrme tan pronto yo necesitaba más, y luis sacó su cara de mi coño e introdujo un par de dedos lo que volvió a volverme loca hasta que sin esperarlo mi marido estaba a mi lado con su verga erecta ofreciéndomela para que se la chupara, cosa que ni dudé por la excitación que tenía, empecé a chuparla como si en ello me fuera la vida estaba riquísima. Mientras estaba chupándosela a mi marido, luis empezó a desnudarse, y me quedé de piedra, no es que mi marido la tenga pequeña, unos 17cm, pero la de él se le notaba muy grande dentro de su boxer, por lo que dejé un momento la de mi marido para ponerme de rodillas, ante luis y bajarle el boxer, dejando salir esa gran polla, debía tener unos 25 cm, era inmensa, no lo dudé, quería tenerla en  la boca, y comencé a chuparla rápidamente, no me cabía en la boca y por mucho, yo estaba extasiada, no lo podía creer, tenía dos vergas solo para mi y estaban deliciosas, me iba turnando en una y otra, jamás me hubiera imaginado hacer algo así.

luis se retiró de mi diciendo que se iba a correr, y que quería follarme antes, me tumbó de nuevo y seguía chupándosela a mi marido, pero solo pensaba en esa enorme verga que me iban a meter, separó mis piernas y puso su verga en la entrada de mi coño, tocándolo con la punta, para lubricarlo, pero no hacía falta, estaba muy mojada, así que sin mediar palabra, la introdujo de un solo golpe, pensé que me partía por la mitad, sentí una mezcla de dolor y placer inmensa, es más creo que tuve dos o tres orgasmos seguidos, fue indescriptible. Una vez vuelta a la normalidad comenzó a bombearme fuertemente, era increíble, jamás había sentido algo así, los orgasmos se sucedían uno tras de otro, no podía parar de gemir y correrme, y mi marido de la misma excitación y la paja que se estaba haciendo ya que lo había dejado y me había centrado en luis, también se corrió, me la metió en la boca y me soltó una gran cantidad de semen, sabor que no me gusta pero en esa situación me lo tragué todo sin rechistar lo más mínimo y saboreándolo como nunca antes lo había hecho, lamiéndole la verga hasta que no quedó ni una gota de semen.

Ya solo me quedaba centrarme en luis, que seguía con su bombeo, pero su ritmo se iba acelerando por lo que estaba próximo a correrse, al igual que yo por enésima  vez, su cara comenzó a estremecerse y me dio un último empujón dejando salir toda la leche que tenía dentro, llenándome el coño de su semen, no había terminado de correrse y su leche se salía del coño, no cabía toda, me chorreaba por las piernas hacia abajo. Después de un momento de descansar sobre mi pecho, se levantó extasiado, y yo me quedé con las piernas abiertas e incapaz de cerrarlas, me temblaban. Me puso su enorme verga para que se la chupara y la limpiara sin dejar ni rastro de la corrida. Después de esto se le bajó la erección y seguía siendo casi tan grande como la de mi marido, se vistió y se marchó con un simple adiós, y estuvimos cuatro días más allí pero no volvimos a encontrarlo, y pienso que mejor así pero siempre lo recordaré porque fue mi primer trio y el polvo que más he disfrutado en toda mi vida y hoy en día todavía sigo masturbándome pensando en ese día.

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Par Dr luis miguel Hernandez - Publié dans : sexualidad
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