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Jeudi 30 décembre 4 30 /12 /Déc 16:28

Caso clínico Melanosis vaginal

La señora x consulta por tener una vida sexual según ella un desastre

Ella es una mujer de 47 años divorciada ella se lo atribuye a su problema sexual después de los 43 años empezó a perder interés en el sexo su esposo la sustituyo por otra más joven , después de su divorcio tubo dos parejas más notando que no alcanzaba orgasmo y sus parejas también la dejaron actualmente sola acude a mi quien encuentro una gran zona de melanosis alrededor de su vulva y le explico que las terminaciones nerviosas de la piel que son las que informan el placer están bloqueadas y le aconsejo un lifting intimo

melanosis

Se procede a depilar la zona genital para que El lifting íntimo (perineo plastia) consista en el rejuvenecimiento de la vulva y la entrada de la vagina dejándole una apariencia mejor y más juvenil. Si su vagina a envejecido de le un retoque para quitar esa sensación y olor senil de su sexo y el ennegrecimiento de su zona peri anal su pareja y su vida sexual se lo agradecerán Cada vez hay más mujeres mayores de 45 años que optan por rejuvenecer sus genitales. Como se logra esto blanqueando las zonas en negrecida renovando las células viejas por unas nuevas

Esto se logra con la exfoliación con azúcar morena + miel + limón y se da un masaje suave para quitar todas las células viejas , luego se lava generosamente para aplicar la crema de hidroquinona base  esto dará un olor natural y activación de las feromonas sexuales que atraerán a su pareja  con este aspecto nuevo a su vulva  el gusto por el sexo oral se activara porque sentirás mas y su pareja no lo rechazara porque su sexo esta apetecible ya tienes la solución contáctame si sufres de este problema

melanosis2

Par Dr luis miguel Hernandez - Publié dans : sexualidad
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Jeudi 30 décembre 4 30 /12 /Déc 15:26

¿Dr. Luis estás totalmente seguro de los resultados? - pregunté inquieta

  • Mira Elena esto es pura ciencia. El recuento es bajísimo. No es una cuestión de posibilidad, sino de probabilidad - respondió Luis.

Luis era mi Ginecólogo. Realmente era mucho más que eso, puesto que era un buen amigo de la familia desde siempre. A él había acudido meses atrás, después de largos años buscando tener un hijo con mi marido Alex, sin conseguirlo. Era obvio que el problema podía ser de uno o de ambos y me había propuesto averiguarlo, de manera que después de mucho luchar con mi marido, que no estaba por la labor de someterse a examen, sin duda porque temía el resultado, finalmente después de mucho insistir y costarme casi el divorcio nos habíamos hecho las pruebas, de cuyo resultado me estaba ahora enterando.

  • ¿qué quieres decir? explícate - le apremié
  • Mira Elena el recuento de espermatozoides de Alex es tan bajo, que resulta prácticamente imposible la fecundación de manera natural. La única posibilidad será retirar de una muestra espermatozoides y fecundar un óvulo tuyo in vitro, para luego implantarlo.
  • ¿tú sabes lo que esto significa para mi marido? de todos los resultados posibles este es el peor..... con lo orgulloso que es él ¿cómo demonios le voy a escupir que el problema es solo suyo?
  • En fin no sé... deberá entenderlo...
  • Yo no me veo capaz de decírselo.
  • Pues debes hacerlo, porque está claro que el problema existe.
  • Me da igual... prefiero decirle que todo está bien.
  • Esos es una tontería - Luis casi me gritó. ¿No te das cuenta que entonces convertiríais el problema en crónico? Nunca te quedarás embarazada... y a el se le va a quedar cara de tonto. ¿tu estás segura de querer tener un hijo?
  • ¡Pues claro que si! es lo que más deseo de este mundo... pero tu no conoces bien a Alex.... esto puede ser un lacra para el y para nuestra relación - y no lo pude evitar, me eché a llorar desconsoladamente.
  • Por favor Elena, tranquilízate...
  • No puedo, para mí esto es una tragedia... haría cualquier cosa por solucionarlo
  • ¿cualquiera? - me preguntó de manera intrigante Luis
  • Sin duda
  • Bueno... no se... igual no es buena idea....
  • ¿qué pasa Luis? ¡ten piedad dímelo! - le supliqué
  • En fin Elena... tu no tienes problemas para quedarte embarazada..... hay métodos que te permiten programar perfectamente los días y casi horas exactas del ciclo en el que es más probable quedarte embarazada y teniendo entonces relaciones, pues....
  • Pero, qué tontería... por mucho que lo planifique tu mismo has dicho que los recuentos de Alex son bajísimos
  • Ya... pero es que Alex no es el único hombre en la tierra ¿verdad? - a mí se que quedó cara de tonta, porque durante muchos segundos no parecía comprender lo que Luis me aconsejaba - en fin... que esto no sería la primera vez que ocurre. Esto es más viejo que el mundo. Tu no le dices nada a Alex, el sigue confiando en que todo marcha bien y es feliz consigo mismo, además quedas embarazados y aquí paz y después gloria...
  • Pero no me lo puedo creer..... en serio piensas que eso es posible....
  • ¿cómo no va a ser posible? tu eres una mujer de muy buen ver...ese culo con esa marca divina hasta yo me atrevería diciéndomelo en broma y reia no te va a costar nada conseguir un hombre de cama. Tendrás que hacerlo cuando estés en los días álgidos, que te enseñaré a calcular. Yo te echaré una mano con un tratamiento que favorecerá la fecundación... y hasta ahí te puedo ayudar... el resto es cosa tuya.
  • Pero, no se... - solo atrevía a balbucear
  • Mira... no necesito que me cuentes tus planes, ni que me des explicaciones. Yo te organizo todo las instrucciones del cálculo y el tratamiento y tú decides lo que haces con tu vida.... Yo no quiero, ni debo, ni puedo saber lo que tú decidas hacer.

Pasaron los días después de la consulta. Fueron jornadas duras, intentando digerir los resultados y mascando la propuesta que me hizo el Dr. Luis. Al principio me pareció una locura... pero pasaban las horas y la locura me parecía que era no hacer nada. ¿Y por qué no? ¿No era lo más práctico? ¿No buscaba el bien común de la pareja?.

Entonces Alex me comentó que en dos semanas tenía programado un trabajo en caracas y a ver si lo quería acompañar. El es ingeniero y trabaja para un estudio de arquitectura y con cierta frecuencia acuden a trabajos fuera de margarita de su especialidad. Le dije que me lo tenía que pensar. Entonces tenía la menstruación y según Luis debía esperar tener el mejor periodo conceptivo hacía el 13 o 14º día del ciclo..... ¡de modo que coincidía con el trabajo!. La oportunidad se me ponía en bandeja. Si mi marido se marchaba tenía la oportunidad de oro para disponer de tiempo para elaborar y desarrollar mi plan. Sin embargo, por mas que lo pensaba, no lo veía claro. ¿de donde iba a sacar yo a un hombre? y sobre todo ¿que riesgo corría que siendo de mi Ciudad me buscase en adelante y pusiera en peligro mi matrimonio?. Entonces aunque parecía más descabellado, en realidad me convenía acompañarlo y que fuera lejos de casa.

Y así fue. Los días siguientes me dediqué a afilar mis armas de mujer. Como era agosto y gozaríamos de buen tiempo me compré ropa ligerita y despreocupada en exceso para lo que yo acostumbraba. Me hice unos tratamientos de belleza aquí y allá. Comencé con las píldoras que me había recomendado Luis y fui trazando el plan de como lo haría. Decidí que era importante tener sexo a diario con Alex durante esos días, de modo que a la hora de hacer las cuentas del embarazo, estas cuadrasen. Como además el estaría todo el día ocupado y desaparecido y solo coincidiríamos a la noche, contaba durante los tres días con tiempo suficiente para conseguirlo.

Y así, con un nudo en el estómago, viajamos hacía caracas. No era la primera vez que estaba... la verdad es que una ciudad espectacular. Además el tiempo acompañaba, lo que allí no siempre ocurre y estábamos alojados en un magnífico hotel, con todo tipo de comodidades y distracciones. Llegamos a la tarde noche y después de cenar nos dirigimos a la habitación. Una vez en la habitación, era el momento de poner en marcha el plan.

  • ¿tienes que madrugar mañana Alex? - le pregunté desde el baño
  • Si. más vale que me vaya pronto a la cama, porque he quedado a las 8 con todos estos.
  • ¿y no tenemos tiempo para nada más? - le dije apoyándome provocativa en el dintel de la puerta
  • ¿a que te refieres?
  • a esto - y deslicé mi falda a lo largo de mis piernas y mi blusa de manera vaporosa tras mi espalda. Llevaba un conjunto precioso de braguitas y sujetador a juego y sobre todo medias hasta el muslo con liguero..... incómodo, pero infalible.

En menos de un minuto estábamos follando como leones. Además me encontraba aturdida... por un lado tenía remordimiento de lo que iba a hacer y por otro me daba mucho morbo... y el estar haciéndolo con mi marido y pensando en que en breve buscaría otro macho que me fecundara me ponía a cien... probablemente en mi cabeza también bullían las hormonas con las que me estaba medicando Luis.

Al día siguiente alex se despidió temprano y decidí levantarme para dedicarme a mi negocio. Me recorrí el Hotel de punta a punta y me dediqué a todo tipo de actividades a objeto de explorar el entorno. De nuevo me tropecé con aquel empleado chulesco. De hecho se acercó a mi y me dijo que si necesitaba cualquier servicio que el era mi hombre. No me digné ni a contestar a tamaña grosería.

Estuve en el gimnasio. Allí me topé con un par de chicos demasiado preocupados por si mismos que no me parecieron buena idea. Estuve en el spa... magníficamente equipado. Me lo planteé con el masajista, pero me pareció demasiado obvio e improbable. Durante la comida estuve oteando el horizonte y tampoco me pareció nada correcto a la vista. Sin embargo en la mesa de al lado estaba un señor que resultaba encantador. Tendría unos 60 años y no se porque me resultaba conocido. No pude dejar de fijarme en sus ademanes educados, su estilo... en fin era un gentleman de la vieja escuela.

A la tarde, después de la siesta me entretuve en la piscina. Tampoco gran cosa.... ambiente familiar. Me llamó la atención una señora acompañada de sus tres hijos. Parecían de muy buena posición social. El mayor de ellos tendría unos 18 y un cuerpo como solamente se puede tener a esa edad.... demasiado tierno.

Y así pasó el primer día. No pude dejar de desesperarme por lo poco que había avanzado en mis planes. Cené con alex. Aquella noche de nuevo le tenía reservada guerra.

A la mañana siguiente desperté un poco desilusionada pero dispuesta a dar batalla.le dije a alex que debía regresar a la isla porque me sentía muy sola asi que me regrese a margarita Para colmo solo tenía un dia y no tenia un hombre, las pruebas indicaban que este mismo día era uno de mis dos días de mayor fertilidad, de manera que debía de estar viva.

Al llegar a la isla llame a  a Luis y le dije que no me atrevía y no conseguía un hombre Luis en tono jocosos me dijo bueno si quieres un hombre ese soy yo en verdad tú te prestarías  claro yo estoy dando unos masajes a una señora mas tarde nos podemos ver  forzando la situación, a ver si no vemos en  su consultorio si había un sitio más íntimo dentro el consultorio. El me explicó que si, que el hacía una terapia especial, que llamaban de enamorados, que incluía una sesión de masaje en pareja y luego te dejaban en media hora "libre" sensitivas. Sonaba bien pero no era cuestión de hacerlo con el Me armé de valor y le plantee que viniera  ami casa que estaba sola  que alex estaba en caracas, el caballerosamente acepto y me dijo al terminar los masajes me voy para alla.

Luis es un hombre físicamente agradable. Se notaba que de joven tenía que ser muy atractivo. Lo cual era mejor que mi marido y todos los que vi. Estoy desesperada Luis al llegar a mi casa lo hice pasar y  lo metí directamente a la habitación  En seguida deslicé mi vestido a lo largo de mi cuerpo y me quedé en ropa interior, con unas pantis de jean que dejan notar todo luís sobre la cama me miraba y tomaba fotos P1020556

 

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P1020561

 

P1020553y no aguante mas esas pastilla me tenían loca de sexo y me dispuse sobre el a horcajadas. El me acariciaba de una manera deliciosa, suave pero de forma intensa y sus besos eran delicados. Le fui desnudando, descubriendo su cuerpo adulto. Su visión no me produjo reparo, todo lo contrario empezaba a excitarme mucho. Me acabé de desnudar y en la misma posición me dispuse a acariciar mutuamente nuestros sexos, imprimiendo un masaje circular, como amasando el pan del amor. y poniéndome de rodillas introduje su pene en mi boca, mientras con la mano le estimulaba de forma suave. a intervalos aprovechaba para mirarle a los ojos... parecía estar disfrutando Le empujé suavemente sobre la cama, tendido boca arriba. Me dispuse sobre el y agarre su pene dirigiéndolo a mi sexo. Aproveché para frotar mi sexo con su glande.. el contacto era placentero. Lo enfilé hacía dentro de mi y apoyé el peso del cuerpo, con cuidado. Entró comencé a moverme en círculos. ambiente. Continúe durante minutos girando...¡Cómeme las tetas! - le dije en plan guarra..... lo hacía de manera compulsiva.. pero eso me excitaba. Apoyé su pene contra su abdomen y lo dispuse entre mis labios vaginales... el dio un respingo. Comencé a masturbarlo presionado con mi sexo sobre su falo, lo que los italianos llaman un coito intercuore.....

continué restregando mis pechos en su abdomen, luego su espalda....P1020534. apoyé mi culo lubricado contra su verga y empecé a moverme en círculos... me agarró de las tetas eso me gustaba... comencé a jadear un poco para darle ambiente.... era ahora o nunca... agarré su verga... la deslicé sensualmente entre mis glúteos.... quería que saboreara el camino a casita.... enfilé su glande con mi ano y empujé un poquito... solo para darle morbo... aquella vía hoy no servía a mi propósito... incliné el cuerpo hacia delante y busque ángulo. Era el momento de guardar aquel avión en el hangar... y de repente algo raro ocurría en mi mano,  me voltee a mamarlo atragantándome, con la delicadezas, me follaba literalmente la boca., ahora era el y acercó su cara a mi sexo y chupo mi clítoris y como un perro lengüeteo mi coño que delicia ahora Se puso encima... el final esta vez era inevitable... acercó su glande a mis labios vaginales y de repente, como si me atravesara con un cuchillo me la clavó hasta el fondo, exclamando un alarido. Se movía con un ritmo alocado, como si fuera el último polvo que fuera a echar en su vida... además era de largo recorrido, su pene casi salía por completo antes de volver a atacar mis entrañas, impregnando la acción de una atmósfera a pasionada. Sin embargo la naturaleza y la biología son traicioneras. Lo último que hubiera querido que ocurriese estaba pasando. Me estaba excitando y me empezaba a gustar. Aprovechaba para mover mis caderas en la medida de lo posible, presas del peso de su cuerpo y comencé a acompasarme con el. Me estaba poniendo mucho. y enseguida pasó, me estaba corriendo, irremediablemente mientras el seguía sin compasión, pero con una sonrisa triunfal en la cara, como si recogiera un premio, mientras yo me derretía bajo la lanza de dr luis clamando por respirar y aturdida por el placer.

No me dejó descansar. Me incorporó de la cama y me llevó hasta la esquina de la habitación. Allí había una mesilla junto a la ventana. Me empujó hacia ella, poniéndome boca abajo, de manera que mis pies colgaban por un extremo y mi cabeza por el otro. Era como estar en un potro , aunque a decir verdad yo todavía estaba anestesiada por las endorfinas liberadas por el brutal orgasmo. Se acercó a mi cara y de nuevo folló mi boca durante unos segundos. Después se fue a la parte de atrás. Comenzó a sobarme el culo, pellizcando y amasando mis gluteos. Sin previo aviso hundió un dedo en mi ano. Aquello me hizo dar un respingo. Al primero le siguió un segundo y demasiado tarde me di cuenta de que estaba haciendo hueco para lo que iba después; apoyó su glande en la entrada de mi ano y aplicó presión sostenida hasta penetrarme. Me sentía desgarrada por dentro. Tenía cierta experiencia por esa vía y sabía que necesitaba relajarme para no hacerme daño. y con un movimiento certero lo saque y lo deje entrar en mi vagina. Por fin respiré tranquila. Ahora solo era cuestión de minutos. Seguía imprimiendo un ritmo sobrenatural estaba claro que no duraría mucho. Yo intentaba acompañarle empujando con mis caderas. Comenzó a resoplar. Aquello anunciaba tormenta. Cerré los ojos y me concentré en el momento. Sentiría algo especial... lo notaría.... su pene se estaba hinchando dentro de mi... yo añoraba sentir su marea.... Y de repente su verga,  comenzó a correrse con un torrente sin

Fin en mi entraña al fin un buen semen que necesitaba

Efectivamente al cabo de las semanas tuve una falta, que confirme con un test y luego con un análisis en la consulta de Dr. Luis. Estaba embarazada, de aquello días y por necesidad de Alex, por mucho que fuera complicado. a veces la ciencia deja un lugar para la sorpresa.

Par Dr luis miguel Hernandez - Publié dans : sexualidad
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Jeudi 30 décembre 4 30 /12 /Déc 15:17

Cosmética ginecológica, como influye en la vida sexual. La cosmetología ginecológica permite que muchas mujeres puedan alcanzar su plenitud sexual, y disfrutar naturalmente con sus parejas, desterrando tabúes, y sintiéndose mucho más atractivas a la hora de mantenersexocon su compañero.

Si bien este tipo de cirugías cosmetológicas básicamente tienen un enfoque estético para mejorar algunos defectos en los genitales, influyen positivamente sin dañar la salud, pero habría que destacar que no son recomendadas para todas las mujeres, solamente en aquellas que ven afectada su sexualidad y no pueden disfrutar, deberían realizárselas.

 

Las cirugías cosmetológicas genitales, no tienen relación alguno con el placer sexual, pero lo que si resulta de ellas, es que al corregir las alteraciones anatómicas que mejoran el aspecto de los genitales, muchas mujeres se sienten más seguras de sí mismas y esto a consecuencia influye en su plenitud a la hora de mantener sexo.

Hay que dejar en claro que ni el deseo sexual ni los orgasmos se pueden alcanzar por colocarse colágeno en los labios o estrechar el orificio de la vagina, sino que disfrutar delsexoes una consecuencia de conocer el propio cuerpo y aquellos puntos que nos proporcionan mucho mas placer durante las relaciones sexuales.

Caso clínico Melanosis vaginal

La señora x consulta por tener una vida sexual según ella un desastre

Ella es una mujer de 47 años divorciada ella se lo atribuye a su problema sexual después de los 43 años empezó a perder interés en el sexo su esposo la sustituyo por otra más joven , después de su divorcio tubo dos parejas más notando que no alcanzaba orgasmo y sus parejas también la dejaron actualmente sola acude a mi quien encuentro una gran zona de melanosis alrededor de su vulva y le explico que las terminaciones nerviosas de la piel que son las que informan el placer están bloqueadas y le aconsejo un lifting intimo

melanosis genital.JPG

Se procede a depilar la zona genital para que El lifting íntimo (perineo plastia) consista en el rejuvenecimiento de la vulva y la entrada de la vagina dejándole una apariencia mejor y más juvenil. Si su vagina a envejecido de le un retoque para quitar esa sensación y olor senil de su sexo y el ennegrecimiento de su zona peri anal su pareja y su vida sexual se lo agradecerán Cada vez hay más mujeres mayores de 45 años que optan por rejuvenecer sus genitales. Como se logra esto blanqueando las zonas en negrecida renovando las células viejas por unas nuevas

Esto se logra con la exfoliación con azúcar morena + miel + limón y se da un masaje suave para quitar todas las células viejas , luego se lava generosamente para aplicar la crema de hidroquinona base  esto dará un olor natural y activación de las feromonas sexuales que atraerán a su pareja  con este aspecto nuevo a su vulva  el gusto por el sexo oral se activara porque sentirás mas y su pareja no lo rechazara porque su sexo esta apetecible ya tienes la solución contáctame si sufres de este problema 


Par Dr luis miguel Hernandez - Publié dans : sexualidad
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Mardi 28 décembre 2 28 /12 /Déc 14:50

 la importancia de los juegos preliminares. No cabe dudas que variar los juegos antes de la penetración favorece el deseo sexual de la pareja e incrementa las ganas de poseerse mutuamente, es por eso que ser ingenioso en las posiciones y juegos preliminares resulta fundamental para contrarrestar la rutina amorosa.

Si bien no hay reglas exactas, ya que a muchas personas les gusta ser la parte activa y a otras adoptar un rol más sumiso, dedicarle tiempo a las caricias, a los besos, los masajes y todo aquello que haga que la pareja sienta curiosidad por mejorar la calidad de sus relaciones y descubrir nuevas sensaciones es fundamental.

 

Existen muchas posiciones sexuales que hacen que el hombre incremente sus ganas de eyacular, sobre todo aquellas que lo colocan encima de la mujer, por eso para hacer que las relaciones sexuales duren más debe conocer sus puntos de presión que demoren la salida del semen durante la penetración, y esto se consigue conociendo el propio cuerpo, de allí la importancia de los juegos preliminares.

Como el hombre cuando penetra a una mujer incrementa su fase eyaculatoria, los juegos relacionados con el contacto físico, como los besos, caricias o masajes en determinadas zonas erógenas de la mujer, al mismo tiempo que incrementan su deseo sexual y la aproximan al climax, le permiten al hombre no eyacular tan rápidamente una vez que la ha penetrado.

Par Dr luis miguel Hernandez - Publié dans : sexualidad
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Lundi 27 décembre 1 27 /12 /Déc 17:21

A las 11:30 am mi esposa tenía su cita con el ginecólogo. Quedamos los dos que yo la acompañaría porque teníamos que consultar a su doctor por problemas que mi esposa tiene, sexualmente.
Ella llegó al consultorio 20 minutos antes de la cita, yo justo cuando la enfermera la llamaba para pesarla y tomarle sus signos vitales. Regresó a la sala de espera y nos saludamos. Solo tuvimos que esperar 5 minutos más, para ser llamados nuevamente por la enfermera para entrar ya con el ginecólogo. Lo hicimos.
Entramos y el doctor se puso en pié para saludarnos de mano, nos ofreció un par de sillas frente a su escritorio y nos sentamos los dos. Buscó en su laptop el expediente de mi esposa y anotó los resultados de la temperatura, peso y presión de mi esposa, que momentos antes había tomado la enfermera. Mientras escribía y sin quitar la mirada de la pantalla le dijo a mi esposa:
- AA¿Qué puedo hacer por usted?
Mi esposa, me miró y le respondió:- Cuando tengo relaciones sexuales, por más que tenga deseos de hacerlo, al ser penetrada tengo dolores y molestias que no me dejan disfrutar la relación.y termino masturbandome con lo que consiga vera estas fotos que me tomo mi esposo masturbandome con una zanahoria 104

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118 Esto me ha sucedido las últimas 2 veces con mi esposo.
- Hábleme más de cómo es el dolor, que siente, que le sucede.
- Cuando estoy por ser penetrada, siento hormigueo dentro de mi vagina, y tengo deseo, pero conforme el pene va entrando, siento como si me rasgaran y ya no deseo la relación. ahi dijo mi esposa- el dolor es leve pero si continúan penetrándome va en aumento.
- AA¿Y este dolor desaparece en algún momento?
- No. Tiene que ser muy lentamente la penetración para poder seguir con la relación. Pero mi esposo se desespera y entonces a veces mejor la evito.
El ginecólogo hizo algunas anotaciones en la laptop y le dijo a mi esposa:
- Voy a revisarla, le pido de favor que se pase a desvestir y se quite toda su ropa, incluso la interior, y se ponga la bata, que la enfermera le proporcionará, con la abertura hacia el frente. Vaya con ella.
Mi mujer se puso en pie y siguió a la enfermera detrás de un biombo de tela, que cubría el acceso a un cubículo más pequeño acondicionado para la exploración de las pacientes. La enfermera le entregó una bata rosa y salió del cuarto. El doctor me dijo que probablemente fuera una Dispareunia que es dolor en la vagina, el clítoris o las labias durante la relación sexual. Muchas veces esto se debe a la falta de lubricación en la cavidad vaginal, y conlleva las molestias que aparentemente presenta mi esposa. La enfermera regresó al cubículo y cuando vio a mi esposa preparada le indicó al doctor que ya podía pasar. El doctor se puso de pie y caminó hacia el cuarto donde mi esposa iba a ser explorada. Entró con la enfermera y emparejó la puerta. Escuché que el doctor le decía a mi esposa:
- Súbase al camastro y se va a descubrir de la cintura para abajo. Luego se acercará hacia el frente y va a subir sus piernas en los soportes para ellas, para poder revisarla.
Escuché como el doctor arrastraba un banco metálico y se sentaba en él. Supuse que estaría entre las piernas de mi esposa; Vi encender una luz que aumentó la intensidad de la iluminación que había en aquel cuarto. Los minutos pasaron, solo escuché un leve gemido de mi esposa, como los que emite cuando va a ser penetrada y tiene dolor. Supuse que el doctor le estaría abriendo su vagina e introduciendo algún instrumento. La enfermera salió del cuarto y pasó de largo frente a mí. Pasaron otros cinco minutos y escuche que el banco se arrastraba nuevamente y la luz se apagaba. La puerta se abrió y salió el doctor que me dijo:
- Pase por favor.
Me puse de pie e ingresé al pequeño cubículo. La luz era indirecta, hacia el techo de la habitación, y mi esposa yacía acostada en el mueble para exploración, con sus piernas subidas en los soportes laterales con la vagina totalmente expuesta a nuestra vista. El doctor cerró la puerta, se sentó en el banco y encendió la luz dirigiéndola entre las piernas de mi esposa. La luz aumentó el brillo de los pequeños vellos que cubrían la abertura vaginal de mi esposa, ella le gusta depilarse y se deja apenas un diminuto triángulo de vello púbico por sobre su rajadura, en el monte de Venus por encima del clítoris. El doctor tomó un instrumento parecido a un lápiz metálico y fue abriendo los labios de mi esposa, separándolos.
Con la otra mano tomó un abate lenguas y con los dos instrumentos separó los labios menores de mi esposa que dejaba a la vista su rosado orificio vaginal, estrecho, fruncido. Me dijo:
- Mire, acérquese y vea su interior.
Me acerqué y miré hacia dentro, donde la luz iluminaba, pero no sabía que debía ver. Le dije entonces al doctor:
- AA¿Qué debo ver?
- Fíjese en las paredes de la vagina, están opacas, sin brillo, no hay lubricación en ellas. Hace un momento estuve jugando con ellas estimulándolas con los instrumentos para que se lubricaran, y no, no lo hicieron.
- AA¿A qué puede deberse eso? aEi¿� pregunté-
- Posiblemente a un problema con las glándulas de Bartholini, que son las encargadas de lubricar durante el estímulo sexual.
- AA¿Y cuál sería el problema, y cuál la solución?
- Aquí es donde tenemos que ver que lo está ocasionando, pueden ser varias las causas; si es por infección, se llama Bartholinitis y se debe principalmente a microorganismos que cierran los pequeños orificios por donde sale el moco o lubricante, estos conductos están aquí.
El doctor se colocó nuevamente entre las piernas de mi esposa y con el lápiz metálico abrió uno de sus labios y señaló una zona por uno de los lados y por debajo del orificio vaginal de mi esposa. Y dijo:
- Estos son los conductos, y una manera sencilla de saber que le sucede es provocándole una contracción para ver si secreta el lubricante, lo cual voy a hacer en este momento.
El doctor se puso un guante de látex e intentó introducir su dedo en la vagina de mi mujer, dando pequeños círculos dentro de su orificio. Mi esposa volvió a gemir, un quejido suave por el dolor que esto le provocaba. Con el índice y el pulgar apretó ligeramente la zona que me había indicado donde estaban las glándulas, pero no ocurrió nada. Introdujo aún más dos dedos en el orificio rosado de mi mujer y los metía y sacaba como si fuera un miembro penetrándola. Nuevamente mi esposa se quejó. Detuvo su penetración y pellizcó en una de las zonas de las glándulas. Esta vez apareció una diminuta gota que dio brillo al tejido del orificio de mi esposa.
- Ya ve, este es el lubricante que hace falta.
Sacó los dedos del interior de mi esposa y acercó su nariz para oler la vagina de mi mujer. Me sorprendí por lo que hizo, volvió a introducir los dedos en ella dando un giro casi de 180Ai¿� y los sacó llevándolos a su nariz para olérselos. Entonces dijo:
- Creo saber cuál es el problema que tenemos. Venga y huela usted.
El doctor se puso de pie y me cedió el asiento. Me coloqué entre las piernas de mi mujer y me acerqué para olerla. No noté realmente nada raro. El doctor añadió:
- No sé si perciba un aroma acedo. Tiene una ligera infección que ha taponado los conductos lubricantes, hay que ver como ocurrió.
El doctor me pidió que lo dejara sentarse nuevamente y sacó de un cajón un instrumento de metal que tiene la forma de un pico de pato. Lo acercó al foco.
- Esto es para quitarle lo frio. Voy a revisarla internamente.
Tomó un tubo de gel que era un lubricante, pero no lo abrió; dijo entonces:
- Imagine que es un pene; voy a tratar de introducírselo a su esposa sin lubricarlo.
Lo llevó hasta la vagina de mi esposa e intentó meterlo, ella saltó, y dijo:
- Me duele, mejor no.
El doctor dijo:
- Esto es lo que ocurre cuando trata de introducirle el pene. No hay lubricación. Pero lo curioso es que haya una infección. Le voy a pedir un favor aEi¿� me dijo- bájese sus pantalones y déjeme revisarlo. Póngase esta otra bata. Y se salió.
Sus palabras me tomaron por sorpresa. Mi esposa me dijo que obedeciera si quería que todo saliera bien. Lo hice. Me quité el pantalón y el bóxer y llamé entonces al doctor. Él entró.
- Normalmente cuando esto ocurre, el problema está en los dos. Déjeme revisarlo.
Mi esposa se incorporó para ver lo que el doctor me hacía. Él se había puesto otro guante en la otra mano y tomó mi pene levantándolo para revisarlo por todos lados, luego tomó los testículos. Por último tomó el glande entre sus dedos y lo oprimió frotándolo. Lo soltó. En cuestión de segundos salió una gota de lubricante, el cual tomó entre sus dedos y lo llevó a su nariz para olerlo.
- Qué raro, -dijo- usted no tiene el mismo aroma que su esposa. Usted no tiene la infección.
Volvió a tomar otra muestra de mi lubricante y lo llevo a su olfato.
- No, definitivamente no.
Mi esposa me miró y dijo:
- Doctor, creo entender su preocupación, déjeme decirle algo. aEi¿�mi esposa hizo una pausa- No se si ha oído hablar de las reuniones Swingers. Nosotros hemos acudido a esas reuniones donde se tiene intercambio de parejas si uno quiere; hay dos tipos de intercambio: el Hard y el Soft. En el primero sucede de todo con otras personas, en cambio en el Soft, únicamente hasta donde se ponen los límites, no hay cambio e parejas. Este último es el que nosotros practicamos.
El doctor entendía lo que mi esposa le decía, asintiendo con la cabeza. Cuando mi esposa terminó de hablar, el dijo:
- Esa puede ser una causa de su problema. Dígame, que es lo que usted hace o en lo que participa.
Mi esposa me miró y yo tome la palabra:
- Ella puede ser acariciada por otro, besada, e incluso tener sexo oral si ambas parejas lo acuerdan sino no. Ella no puede ser penetrada por nadie que no sea yo, sin mí consentimiento, y conmigo pasa igual.
- Hace veinte días participamos en una reunión aEi¿�me interrumpió mi esposa- allí otro hombre me hizo sexo oral, y yo a él. Mi esposo se lo hizo a la esposa de mi pareja. Eso fue todo.
El doctor permaneció pensativo por unos segundos y luego dijo:
- Si ese hombre estuviera infectado de algo hubiera infectado a la que es su esposa y ella a su vez a su marido, pero no, su esposo no tiene nada. Lo más probable es que tuviera una infección en la boca y le contagió a usted su vagina. De todos modos le voy a mandar algún antibiótico vaginal.
El doctor se rascó la cabeza y continuó hablando:
- Como les decía, esta puede ser una de las causas para que haya dolor cuando su marido la penetra.
- Y AA¿si nos mandara algún lubricante? aEi¿�dijo mi esposa-
- Podría servir de momento pero no corregiría la causa. Mejor es que aprendan a realizar el acto.
Se puso en pie y fue hasta una pequeña vitrina de la cual tomó una caja y luego de otro lado un sobre. Regresó para meterse entre las piernas de mi esposa. Abrió la caja y sacó de ella un vibrador en forma de pene; el otro objeto que tomó era un condón, el cual abrió y lo puso en el vibrador. Y dijo, dirigiéndose a mí:
- Quiero que vea lo que voy a hacerle a su esposa porque es lo que usted va a tener que hacer.
Me acerqué a su lado mientras encendía el pene eléctrico. Lo colocó entre los labios vaginales de mi esposa y lo fue frotando, sin intentar introducirlo. Lo pasó por donde me había dicho están las glándulas de Bartholini. Al cabo de 5 minutos, la vagina de mi esposa comenzó a brillar humedeciéndose de tal manera que el consolador quedó mojado, entonces el doctor pudo introducir el aparato dentro de la vagina de mi esposa sin dificultad, lo apagó. Ella no exclamó dolor alguno mientras hizo esto. Me pidió que tomara su lugar y lo hiciera ahora yo.
Cambiamos de sitio y tome el vibrador, y lo encendí. Lo coloqué en la entrada del orificio de mi mujer y lo estuve frotando de tal manera que también se humedeció como con el doctor. Luego lo pude introducir. Él me detuvo, y dijo:
- Esto es lo que va a tener que hacer usted cada vez que quiera penetrarla, lo debe hacer por espacio de 10 minutos sin introducir su miembro para que ella se lubrique antes. Déjeme ahora enseñarle lo siguiente.
Se sentó nuevamente el doctor en el banco entre las piernas de mi esposa y encendió el vibrador que ya estaba lubricado anteriormente por los jugos de Claudia, mi mujer. Sin sacar el aparato de mi esposa, se puso él de pie, colocándose frente a su vagina, y fue metiéndolo lentamente como si fuera su miembro, dando pequeños giros en la cavidad vaginal. Luego lo introdujo y sacaba frotándolo en las paredes vaginales de mi esposa. Lo apagó y me dijo:
- De nuevo ahora usted.
Me coloqué entre las piernas de mi esposa y encendí el vibrador; lo comencé a mover como lo había hecho el ginecólogo dentro de mi mujer, siguiendo los movimientos. En eso el doctor me detuvo y dijo:
- Miren, creo que si están dispuestos a ayudarse, podemos hacerlo mejor. -Dirigiéndose a mí dijo:- Usted está en bata, sin ropa interior, y ya vi su erección ahora que se colocó entre las piernas de su esposa. AA¿Por qué no lo hace de una vez como debe ser?
Las palabras del doctor sonrojaron a mi esposa y a mí. Él añadió.
- Si lo han hecho delante de otras parejas, que importa si lo hacen delante de mí, yo podré guiarles y decirles cómo hacerlo. Solamente obedézcame usted, -nuevamente se dirigió a mí- haga lo que le voy pidiendo. Tomó una gasa y limpió el lubricante que había en la vagina de mi esposa. Iba a comenzar desde cero.

- Colóquese frente a ella pero sin recargarse en su mujer ni penetrarla. Frote ligeramente su miembro contra la vagina de su esposa. Busque tocar las paredes laterales de su orificio, recuerde que allí están las glándulas de Bartholini, que son las que necesitamos estimular. Hágalo.
Miré a mi esposa y ella aceptó. Mi verga estaba rígida, mojada, la comencé a frotar contra las paredes como me dijo el doctor. No pude esperar más y por instinto quise metérsela de una vez. Mi esposa lanzó un gemido.
- Mmmm. Eso es lo que nos ocurre doctor, y me duele cuando lo intenta hacer.- dijo ella-
El doctor me miró y exclamó:
- No debe impacientarse, debe tomar su tiempo, cuando ella esté perfectamente lubricada no le va a doler cuando la meta. Observe.
Me retiró de mi lugar y el tomó mi lugar, tomó el vibrador y lo encendió, se colocó como si fuera a penetrarla con su miembro y comenzó a frotarlo en los labios vaginales de mi mujer. Repitió los círculos que debía hacer tocando las paredes como me lo había dicho con anterioridad. Desde el ángulo donde yo me encontraba veía como si verdaderamente el doctor estuviera penetrando a mi esposa. Apagó el aparato y me cedió su lugar.
Mi erección continuaba. Acerqué mi verga al orificio de mi mujer y lo froté en círculos, por todos lados de su contorno. A los cinco minutos sentí como se mojaba mi glande con los jugos de mi esposa, formando hebras que se alargaban con mis movimientos. El doctor me dijo que así iba bien, pasó uno de sus dedos tocando mi glande y tomó una muestra del líquido de mi esposa y lo olfateó, diciendo que si, que evidentemente era una leve infección la que estaba taponando los conductos. El doctor me pidió que me detuviera y le cediera el lugar. Tomó de nuevo el aparato y lo encendió, se colocó dentro de las piernas de mi esposa y simuló penetrarla, poco a poco, fue introduciendo el vibrador en la concha de mi mujer, lo metía todo y lo sacaba todo, lo hizo como 10 veces. Cuando se retiró de entre mi esposa, no podía ocultar su erección, era inmensa. Me pidió que ahora lo intentara yo. Cambiamos de lugar y coloqué mi verga justo para entrar en la concha de mi mujer, me recargué con toda intención en una de las paredes vaginales y ella y lanzó un quejido. Me retiré. El doctor me dijo que así no, y volvió a tomar mi lugar. Repitió la escena mostrándome cómo hacerlo. Esta vez su erección era visible para todos, incluso para mi esposa que pudo sentirla junto con el vibrador.
Tomé su lugar para realizarlo y le dije mientras al doctor que me costaba mucho trabajo ver como lo hacía él por estar deteniendo el aparato con sus manos no podía ver lo que hacía. Miré a mi esposa y le cerré un ojo, no sé si me comprendió pero volteé a ver al doctor y su erección, no podía disimularla. Ahora yo me dirigí hacia la vitrina y tomé un sobre de donde le había visto sacar un condón. Miré al doctor y le dije:
- Mire, usted ha hecho mucho por nosotros, y nos ha ofrecido su ayuda, lo menos que puedo hacer es pedirle que me enseñe a hacerlo como se debe hacer; por favor doctor, enséñenos cómo hacerloaEi¿�
Mientras le decía esto le extendí la mano con el condón. El doctor me miró y luego miró a mi esposa, ella le dio aprobación asentando con la cabeza un notorio aEoesiaEi¿�. El doctor me miró nuevamente, tomé el sobre de mi mano y lo abrí, saqué el condón y se lo ofrecí. Esta vez lo tomó él. Se quedó pensativo.
- Por favor doctoraEi¿� - dijo mi esposa-
El doctor comenzó a desabrochar su cinturón, el pantalón y el cierre. El pantalón cayó por sí solo. El doctor quedó en trusa; su erección fue mayúscula. La verga del doctor comenzó a salir por entre la abertura de su prenda interior. Tenía una erección superior a la mía. Desabotonó su calzoncillo y también cayó al suelo, el doctor se colocó el condón en su mástil erguido, que casi le llegaba al ombligo. Me miró y yo le di mi consentimiento. Dio un paso hacia el frente y él colocó su verga encima de la vagina de mi mujer. Ella suspiró profundamente.
El doctor sin decir palabras, comenzó a frotar su miembro contra las paredes de la vagina de mi esposa en forma de círculos, sin penetrarla; lo hizo lentamente. Yo me acerqué a ver lo que hacía. Su glande se trasparentaba en el condón y pude ver como lo frotó varias veces en el orificio de mi esposa. Ella comenzó a moverse involuntariamente. Los movimientos del doctor continuaron arrancando un gemido de mi mujer. Percibí que el doctor intentaba sumir su palo en el orificio de Claudia, pero no lo hacía; las paredes de la vagina de mi esposa se humedecieron por completo, incluso sin meter el doctor su miembro podía oírse como estaba lubricado la concha de mi esposa. El doctor me miró y yo comprendí que iba a comenzar a meterle su fierro poco a poco. Mi esposa lanzaba cortos gemidos, como jadeando por la excitación que sentía. Podía ver en su rostro el deseo de ser penetrada ya, pero el doctor seguía haciendo los círculos por fuera de su orificio.
El doctor comenzó a introducir su verga en mi esposa, lentamente, sin usar sus manos; la erección era tal que solita iba entrando su verga en ella. Ahora sin sus manos, podía ver mejor como lo iba haciendo, no era como yo lo hacía sino que lo fue frotando por las paredes lubricadas, para que toda su envergadura entrara lubricada y no le doliera a ella. Miré como su glande desaparecía dentro de la vagina de Claudia. Primero fue el glande, ella lo tragó completo, luego poco a poco el tronco, pero sin dejarlo dentro, pues el doctor se retiraba sacándole casi todo su leño. Esto hizo que ella se humedeciera completamente, ahora era notorio el sonido de un líquido. El doctor había destapado los conductos de mi esposa haciendo que nuevamente se lubricara. Fue entonces que ella no resistiendo más dijo:
- Más doctor, más, no pare, métamela toda por favoraEi¿�!!!
El doctor comenzó a meterla y a sacarla ahora más rápidamente, podía oírse el golpear de sus huevos contra las paredes vaginales de mi esposa. Me acerque a mirar y pude ver como se hundía en ella completamente la verga del doctor. Él una vez adentro, comenzó nuevamente a realizar los círculos, pero ahora en el interior de ella, desde lo más profundo de su interior, lo cual excitó a mi esposa que ya jadeaba abiertamente. Ella comenzó a moverse al ritmo que era penetrada por el falo de su doctor. Los dos se movían sincronizados, se escuchaba el chocar de sus cuerpos produciendo un sonido que me excitaba, yo perdía la erección. Comencé a masturbarme ahí frente a los dos cuerpos, el de mi esposa y el de su ginecólogo; el doctor se excitó al verme y aceleró sus embestidas al orificio de mi esposa, cada vez era más rápido, ella no se quejaba ahora gozaba y gritaba suavemente para no ser escuchada por la enfermera, pero era inminente su orgasmo. El doctor detuvo bruscamente su entrar y salir dentro de mi esposa, dejando en el interior toda su verga. Ella siguió moviéndose buscando la rigidez del palo que le partía sus entrañas.
El doctor volvió a moverse dentro de ella; ahora ya no en círculos sino de un lado al otro, esto hizo que mi esposa explotara en un orgasmo total, en donde escurrieron jugos desde su interior por sus piernas. Ahora el movimiento del miembro del doctor en el hoyo de mi esposa era sin dificultad, ella completamente mojada lubricaba la verga del doctor facilitándole entrar y salir placenteramente. Mi esposa ciñó sus piernas en la cintura del doctor apretándole para que no se fuera a salir, esto provocó en el doctor tal excitación que terminó llenando el orificio de mi mujer de semen. Ella volvió a venirse cuando sintió el chorro del semen del doctor inundar su cavidad aunque fuera dentro del condón.
El doctor descansó sus brazos sobre las piernas de mi esposa, que las tenía en los soportes de exploración. Y se retiró para dejarme el lugar ahora a mí. Me coloqué frente a la vagina de Claudia y froté mi verga contra sus paredes que estaban completamente mojadas por la excitación que le provocó la verga del doctor. Ella comenzó nuevamente a jadear. Pero me contuve de penetrarla. Ella solita se fue hundiendo mi palo en sus entrañas arrastrándose hacia mí. Pedía ser cogida. Cuando la escuche pedir ser cogida se la hundí toda hasta fondo, no me costó ningún trabajo, el lubricante que el doctor le había extraído a mi esposa en su vagina permitió que toda mi verga se fuera hasta dentro. Comencé a moverme como el doctor me había mostrado, a mi esposa le encantaba. Una y otra vez la penetraba con fuerza, hasta que le arranqué un nuevo orgasmo, pues sentí como se mojó de tal manera que ahora era mi miembro el que le arrancaba los sonidos líquidos y ya no la verga del doctor. Arrecié mis embestidas hasta que ya no pude resistirme y la llené de leche en su concha, la cual le brindó un último orgasmo soltando todo su cuerpo agotado sobre el colchón de la mesa exploratoria.
Claudia le indicó al doctor que se acercara a ella para quitarle el condón; lo tomó por la verga y le fue sacando el látex de su miembro que mantenía cierta erección, ella le limpió con un pañuelo desechable el semen que quedaba en su falo. El doctor me señaló la caja de gasas para que yo tomara algunas y limpiara el semen que mojaba mi flácido miembro, agotado y rendido por la acción que había tenido. Tanto el doctor como mi esposa y yo nos vestimos los tres en el mismo cuarto. Salimos del cubículo. El volvió a su escritorio y nosotros a nuestras sillas. Nos miró y sacó de su botiquín una caja de un gel para la infección de mi esposa y de paso también para mí.
Desde ese día, el doctor se entrelazó con nosotros de tal manera que nos visitaba a casa para platicar y se interesó en las reuniones de grupos swingers; llegó a acudir con nosotros a varias de ellas y allí entre él y yo disfrutábamos a mi esposa cada vez, donde ella consideró que ya había dejado de ser Soft para pasar a ser Hardswinger.

Par Dr luis miguel Hernandez - Publié dans : sexualidad
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